sábado, 29 de marzo de 2014

Capitán América: El Soldado de Invierno.


Vista y disfrutada. Afortunadamente, no salgo con la misma sensación que con la segunda de Thor, por Odín. Dejando la historia real original de los comics a un lado, es una película que se deja ver. Al contrario que en muchas de sus predecesoras, los actores que uno espera sean cameos, cobran el papel necesario que pide la historia. Por tanto, si no la has visto aún, prepárate a disfrutar con los personajes de Samuel L. Jackson y Scarlett Johansson.

 Robert Redford está tan bien como se espera de un actor de su experiencia, y correctos los actores Anthony Mackie y Sebastian Stan, en los papeles del Halcón y de Bucky. Llama la atención en este sentido, la interpretación del sicario principal, Frank Grillo, que tiene sus momentos en el largometraje.

María Hill, a la que ya vimos en Los Vengadores, Jasper Stillwel, Sharon Carter, todos ellos agentes de SHIELD, son introducidos en  este complejo entramado que están montando los estudios Marvel, y que va a acabar convirtiéndose en el negocio multimillonario que esperan que sea, si es que aún no lo es. Trasladar al celuloide todo lo que ha hecho grande a la compañía editora de comics con la cantidad de medios técnicos que tenemos al alcance hoy en día ha de resultar a la fuerza un negocio redondo.

En definitiva, un buen trabajo de los hermanos Anthony y Joe Russo en la dirección de un film que bebe directamente de las historias de Brubaker y Harras (la idea central del guión está sacada de la muy recomendable "NicK Furia vs. SHIELD"). Venga, vete sacando las entradas que yo compro las palomitas.

P.D: Por cierto, dos tracks al final y unas ilustraciones semianimadas que recuerdan mucho a los estilos de David Aja y Marcos Martín.
 



domingo, 16 de marzo de 2014

SDCC:¿Y ahora qué?


Ayer, a las 7:00 de la mañana, hora del Pacífico, comenzó el proceso para lo obtención de   entradas a la Comic Con de San Diego de este año. Mi hermano y yo, a pesar de disponer de dos horas para ingresar nuestros códigos en la web  y ubicarnos virtualmente en la Sala de Espera, entramos puntuales a fin de evitar al Sr. Murphy. Sabíamos que quedaban dos horas para que la organización estableciera una cola aleatoria con todos aquéllos que habían introducido correctamente  el código de entrada y que no era necesario mantenerse frente al ordenador, pero allí nos quedamos.

 Aunque pueda parecer a priori lo contrario, la espera no se hizo  larga. Mi hermano Miguel veía "Dexter" en la televisión mientras yo dibujaba un Conan que había encontrado por ahí. Él se encontraba en Madrid y yo en Almería, pero nos manteníamos en contacto en todo momento a través de Whatsapp. Teniendo en cuenta la elevada dosis de ilusión que compartíamos por estar tan cerca de hacer realidad el sueño de visitar La Meca de las convenciones de cómic, las dos horas se perdieron "como lágrimas en la lluvia", si se me permite la cita. Y llegaron las 9:00.

Era la hora de la verdad. A partir de ese momento, nadie más podría acceder  a la compra de una "badge", que así llaman los yanquis a la acreditación. La primera hora de cola (tercera en el total) no me resultó nada tensa, es más, me di cuenta de la importancia real que tenía el evento para mí, dado  que me sentía especialmente contento por estar ahí, haciendo cola, a la espera de alcanzar esa ventanilla virtual. 

Cada dos minutos la organización actualizaba el estado con un amable mensaje para hacernos más llevadera la espera. Y mientras, el gráfico circular que indicaba que avanzabas en la fila, no dejaba de girar.

Fue muy reconfortante recibir el interés y el apoyo de los amigos por facebook, casi tan preocupados como yo por ver si conseguiríamos las entradas, y por supuesto, el de mi mujer y el de mi hija de ocho años, ésta última sin ser todavía plenamente consciente de los "peligros" que conlleva tener un padre friki.

En hora y media, tal y como había previsto, todo se había vendido ya. 

Los últimos treinta minutos fueron dando paso a un creciente estado de preocupación contenida.Se agotaron las entradas del sábado y la "noche previa". Se agotaron las del viernes,...las del jueves,...las del domingo. Se acabó.La sesión de venta on line había concluido.

Podría dedicarme a criticar el hecho de que en ningún momento pudiésemos establecer cuál era nuestra posición en la cola. Podría dedicarme a criticar la política de la organización por la que se les da prioridad a los asistentes a la anterior edición. Pero todo esto ya lo sabía de antemano y no sería justo.

Ahora, aunque con las  expectativas algo maltrechas y nuestras posibilidades bastante mermadas, solo cabe recurrir a la épica. A nuestro favor, el hecho de que contamos con los vuelos y el hotel. En contra, el no poder adquirir en una ventanilla dos entradas. Es seguro que algunas de esas entradas vendidas ayer volverán a su lugar de procedencia; son 125.000 y la vida da muchas vueltas. El problema se centra en cómo conseguir aumentar la probabilidad de que un par de ellas, aunque solo fuesen para uno de los días, acaben en nuestros bolsillos.

No desesperemos. Aún le quedan un par de cartuchos a este viejo pistolero.




martes, 11 de marzo de 2014

XIX Salón Internacional del Cómic de Granada: El Humor Gráfico.



Se han dado cita este año en Granada algunos de los mejores talentos nacionales en eso que venimos denominando “humor gráfico” .

Disquisiciones técnicas aparte, pudimos disfrutar de una charla divertida y a la vez enriquecedora, que puso de manifiesto la gran importancia que está tomando el “chiste en una imagen” con el que personas como Manel Fontdevila, Albert Monteys, Mauro Entrialgo, Bernardo Vergara,
o Calpurnio
,todos ellos allí presentes, se ganan el pan. Afortunadamente, y debido a que la mayoría de los editores periodísticos de este país y de otros no se la reconocen, el humorista gráfico puede plasmar su enfoque personal sobre la realidad política y social en una imagen y un puñado de palabras, haciendo reír al lector y, lo que es aún más importante, haciéndole pensar. Y esto casi con total independencia de criterio dado que se trata solo de un chiste, apoyado en un dibujo más o menos gracioso, por lo que debe carecer de rigor. O eso piensan.


Sin embargo, día tras día, estos artistas “perroflauteros” son capaces de poner el dedo en la llaga, tocando las narices a mucha gente de esa clase poderosa interesada en que “el cotarro” continúe en la misma línea en la que se encuentra. Plasmando la situación en la que vivimos de una manera clara y eficaz, y más allá de un montón de palabras vacías emitidas desde un escaño, un programa de radio, televisión o a través de cualquier otra plataforma mediática, el humorista gráfico se está convirtiendo en una alternativa muy seria al periodismo independiente tradicional, hoy en día del todo inexistente, capaz de llegar a un público más amplio, puro y diverso. Y todo gracias a la utilización por su parte de un código mucho más sencillo en apariencia, llamativo y comprensible que, por estar asociado tradicionalmente a un público sin cultura, pasa del todo desapercibido. Por ahora.

Solo es cuestión de tiempo que alguno de estos poderosos que esgrimen nuestro voto con la mano que no utilizan para “sisarnos” el dinero que tanto trabajo nos cuesta ganar, suelten por un momento ese voto o tu cartera, y agarren la pluma del decretazo para firmar cualquier cosa que les pase por ese espacio cargado de eco situado entre sus orejas destinada a hacerte la vida todavía un poquito más difícil. Ojalá se me hubiese ocurrido un buen chiste para contarte todo esto con una imagen.




lunes, 3 de marzo de 2014

Sobradamente merecido.


Una de las citas que empieza a hacerse inexcusable en el panorama comiquero nacional es la que tiene lugar en la localidad de Carmona (Sevilla).

Desde hace ya  cinco años, la asociación "Carmona en Viñetas", de una manera modesta pero totalmente digna de elogio, está trabajando por hacer del cómic
patrio lo que debe ser; un referente internacional de calidad. 

Con este fin,  ha decidido distinguir con su premio a toda una carrera, al autor jerezano (pónganse en pie, por favor) Jesús Merino.

Dedicarnos a hablar aquí de sus muchos méritos en las diversas facetas gráficas de su trabajo sería como intentar encerrar un transatlántico de verdad en una botella de Coca-Cola. Yo, más que investigar un rato por la red, te recomiendo que cojas cualquiera de sus tebeos, en especial si se entinta él mismo, y disfrutes directamente con su manera de hacer las cosas. Todo un señor que, a base de talento y esfuerzo personal, ha conseguido establecerse como referente internacional, en lo que  al dibujo de superhéroes se  refiere. Y todo ello manteniendo la humildad y sencillez de sus inicios, lo cual lo hace aún más grande.

En definitiva, Sr. Merino, que me alegro un montón. Si hay alguien que se merezca este reconocimiento y muchos más, es usted.