domingo, 30 de diciembre de 2012

jueves, 27 de diciembre de 2012

Fraternity.


A pesar de que mis gustos personales siempre han ido por  derroteros asociados a máscaras y capas,  de vez en cuando me permito disfrutar con algo sustancialmente distinto extraído del mercado europeo. Eso sí, buscando el trabajo de nuestros mejores autores  que, habitualmente, suelen dar muestra de cómo se cuenta una historia en éste nuestro medio.

 Fraternitly es una historia escrita y dibujada en dos volúmenes ( así se ha publicado en el país vecino), que en España Astiberri ha publicado, creo que con buen criterio, en uno solo. En ella, Díaz Canales nos sitúa en un lugar idílico llamado Fraternity, con  leyes promulgadas realmente al servicio del pueblo y un sistema económico carente de avaricias y especulacines; en definitiva, en una sociedad que goza de plena libertad y de un equilibrio perfecto entre derechos y obligaciones. De findo,  la Guerra de Secesión Estadounidense  de la que la ciudad intenta escapar pero que, a la postre, acaba afectando a su ecosistema de una manera inesperada. 




Como en toda buena historia, una parte esencial la constituye la creación de sólidos personajes  con intereses diversos y muchas veces encontrados, envueltos en situaciones que, cuando menos, despiertan la curiosidad del lector, si no una reflexión más profunda sobre el funcionamiento de la sociedad y de nuestros corazones. Así, podemos encontrar en ella elementos tales como un niño criado en el bosque de manera salvaje y que es recogido por los habitantes de esta utópica localidad, mujeres considerablemente liberadas para la época en la que viven, y un monstruo que hace las veces del minotauro de la mitología clásica, con laberinto incluido y todo. 





Gran trabajo, por tanto,  de su guionista excepcionalmente acompañado en la parte gráfica por José Luis Munuera, que nos muestrta y demuestra lo engañosamente fácil que resulta narrar con un lápiz a niveles tan excepcionales de calidad. 

En definitiva, una de esas historias que merecen ser tenidas en cuenta y ocuparr un lugar especial en nuestra estantería, en la sección de historias que no hubiese leído de no haber descubierto la existencia de otros comics más allá de Marvel y DC.  







Díaz Canales demostrando que no solo sabe escribir bien.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Fe de erratas, Rectificaciones o ¡Hello, Mr. Alzheimer!

Pues sí, la edad no perdona. Hablando una vez más de aquella primera experiencia con el Sr. Bisley (http://jesuswatchesthewatchmen.blogspot.com.es/2012/10/simon-bisley.html) , mi señora me hizo ver que estaba en un error. 

La cosa va así. En innumerables ocasiones Ana, que así se llama mi mujer, ha demostrado tener una memoria mucho más buena que la mía en sus mejores tiempos así que, cuando me dijo que ella se encontraba en el lugar de los hechos cuando sucedió, y que nunca había estado en Expocomic, tuve que ponerme a investigar. Y efectivamente. Aunque las cosas ocurrieron tal y como las conté, lo cierto es que equivoqué el lugar; sucedió en el 22º Salón del Cómic de Barcelona y no en Madrid. I'm so sorry

Lo bueno que ha tenido esto de descubrir que me estoy haciendo mayor, es que he podido encontrar una foto de lo acontecido, y también que he averiguado el nombre de su compañero de fechorias; Kevin Eastman. Pero lo mejor de todo, es que resulta, y no lo sabía, que a raíz de aquel espectáculo para el que se me han acabado los calificativos, al Sr. Bisley lo vetaron de por vida en el Salò. No quisiera decir que me alegro, pero me alegro.

Sin palabras.

domingo, 23 de diciembre de 2012

La Mirada del Héroe.


Nunca os podré hablar de Superman con suficiente objetividad. Desde la primera vez que cayó en mis manos un cómic del héroe de la gran "S" roja en el pecho, quedé completamente entregado a su causa. 

Era fácil para un niño, como lo era yo por aquel entonces,  empatizar con un personaje así. Poderoso pero responsable. Atento a las necesidades de la gente, especialmente a la de los más desfavorecidos. Que luchaba por los que no podían hacerlo  por sí mismos. Resuelto, solidario,indispensable. En definitiva, un héroe en el sentido más puro y estricto del término. 

Y cuando además, no tuve que depender de los ojos de la imaginación y  pude verlo volar en la pantalla de un cine, rescatar a Lois de un helicóptero en caída libre, arruinar los malvados planes de Lex Luthor, o cambiar el curso de la historia por amor...,amigo, aquello iba a quedar por siempre gravado a fuego de retina kryptoniana en mi joven corazón.

Por eso, me muestro especialmente sensible y crítico ante nuevas reinterpretaciones del mito. Imágenes como las presenciadas en la anterior versión, en la que Superman se quedaba a recibir los aplausos y vítores de la multitud congregada en un campo de baseball tras el rescate del avión, y las mil y una absurdeces contenidas en una historia que se nos vendió como lo que tenía que haber sido, esto es, la renovación del héroe al uso de lo que en su día logró John Byrne en el cómic, dieron lugar a que dejara de ver todo el cine que llevara la firma de su infame director.

La "S" es de servicio pero también de sencillez. Es precisamente esto último lo que consigue un contraste tan brutal como eficaz entre el poder y el carácter del personaje. Superman ofrece "ser" frente al "parecer" hipócrita que tanto exhiben los villanos (éstos muy reales) de nuestros días. Superman representa un ideal. 

De la nueva peli poco sé. Del actor que tiene la responsabilidad de encarnarlo menos aún. Pero lo que sí puedo decirte de él, amigo que dedicas tu tiempo a leer cuanto tengo que decirte sobre éste y otros pareceres, es una cosa: cuando menos, tiene la mirada. Feliz Navidad a todos.



jueves, 6 de diciembre de 2012

Expocómic 2012: Autores o por qué Herb Trimpe ha sido, es y será mejor que Simon Bisley.

A lo mejor es que yo ya estoy mal acostumbrado, pero cuando un fan es capaz de hacer cola durante dos horas para conseguir un dibujo realizado por su ídolo, lo menos que espero es que no se le intente tomar el pelo. No me malinterpretéis, por encima del  tío de la cola (ése muchas veces soy yo) o sus deseos de obtener el dibujo/saludo/foto/autógrafo de su autor favorito siempre debe primar el respeto hacia el artista. Sin embargo, hay cosas y casos que claman al cielo.











En una pasada entrada de éste vuestro blog(http://jesuswatchesthewatchmen.blogspot.com.es/2012/10/simon-bisley.html ), comentaba mi anterior  y única experiencia con Simon Bisley y su primera visita a Expocómic. Y claro, cuando el sábado por la tarde me doy una vuelta por la Nave 16, centro neurálgico de esta edición, para ver si Herb Trimpe puede aún  firmarme la primera aparición de Lobezno en un cómic, no puedo más que quedarme a atónito con el dibujo que sostenía un fan con mirada perpleja, y que os muestro bajo estas líneas.




No, no se trata de una broma. Resulta que, según me comentó el propietario de esta bazofia, el Sr. Bisley, habiendo cumplido ya (o eso creo, porque no sé a qué hora se presentaría) con el horario establecido por la organización para firmas y dibujos, ya sin apenas cerveza  en su última lata, decidió que se iba y que no atendía ni a un fan más. Fue el único en levantarse de la mesa de autores; los demás, muy gentilmente y, la verdad, sin ninguna obligación de continuar, se mantuvieron allí apurando los minutos restantes hasta el  comienzo de la siguiente actividad programada en esa zona y  que los obligaba a marcharse.

  

Las personas somos muy libres de atender nuestras obligaciones como nos plazca; si el Sr. Bisley estaba cansado, pues muy bien. Pero si, por la razón que sea, decides quedarte un minuto más, no es de recibo que realices unos trazos incalificables, sin mirar el folio y mientras dialogas con otra persona. El resultado, a la vista está.

Y, como me niego a dedicarle un minuto más a este individuo, no quisiera escribir otra línea  sin agradecer una vez más, los esfuerzos, la simpatía e, intentando ser justo, la paciencia exhibida por tantos y tantos autores, que aparcan sus vidas durante unos días para atender y  hacer felices a un grupo de fans que tenemos la suerte de poder desplazarnos hasta el Salón de turno para poder llegar a conocerlos. Artistas como Salvador Larroca, David López, Juan Díaz-Canales, El Torres o Enrique Vegas ...y tantos y tantos que nos hacen el honor de dedicarnos su tiempo que, al fin y al cabo, es la mayor de las posesiones de un ser humano.
Son atentos y educados y, lejos de refugiarse en la coraza, a veces indestructible, que la fama y el reconocimiento a su obra forja a su alrededor, se muestran cercanos, cómplices con nuestros gustos y aficiones, y nos hacen partícipes de su experiencia vital, para conseguir que nuestros sueños se hagan todavía más grandes y nos ayuden a sobrellevar las propias limitaciones a las que nos someten a veces las circunstancias.


Personas que, como Herb Trimpe, lejos de retirarse a un cómodo lugar para disfrutar de su bien merecido descanso, llevados por un alma todavía joven e inquieta, pero a la vez equilibrada y sabia, no experimentan la pereza de quedarse en sus hogares y se molestan en cruzar el océano para compartir unos  momentos con aquellos que, a través de  una buena historia,  somos capaces de sentir un instante de comunión entre nuestras almas.
Quizá, todo esto de lo que te estoy hablando te resulte extraño o lejano.Pero si en ti, amigo mío, reside la verdadera simiente de un  aficionado al cómic, no tienes de que preocuparte. Solo es cuestión de tiempo el que lleguemos  a entendernos.

Expocómic 2012: Impresiones Generales.

No es el Área 51. Es la nave principal de Expocómic  este año.
Cambio de emplazamiento motivado por los tristes sucesos acaecidos en el Madrid Arena, situado a unos doscientos metros del anterior recinto (como si pudiese repetirse una tragedia así por razones de proximidad, en fin ). Los que lo conozcáis os habréis dado cuenta de  que, exteriormente, recuerda bastante al lugar donde se celebran las jornadas del cómic en Granada con varias naves alrededor de una plaza central y carpa incluida. 

Además, todo esto respaldado por  fuertes medidas de seguridad para lo que vienen siendo este tipo de eventos,  traducidas en continuas revisiones de las mochilas a la entrada de la nave principal, y limitación del aforo a dos mil personas, cosa que deberían advertir antes de venderte la entrada.
 
Tras media hora de retraso sobre el horario de apertura previsto, y una hora de cola, entramos al recinto  para ir descubriendo, a lo largo del día, que ninguno de los talleres programados se iban a realizar. Versiones contradictorias para explicarlo; ninguna satisfactoria ni comprensible. 

 


Con todo esto, me dedico a atender aspectos más secundarios en mis visitas, como son la búsqueda de la foto friki del salón o de ofertas en los estand que, por cierto, se pudieron encontrar con relativa facilidad y que supuso una inesperada pero placentera alteración del presupuesto.
Los Grandes de Avilés were here.
Buen ambiente entre la afición, reencuentro con los amigos y una excelente selección de los autores invitados, de los que, D.m, os hablaré en la próxima entrada.