jueves, 27 de diciembre de 2012

Fraternity.


A pesar de que mis gustos personales siempre han ido por  derroteros asociados a máscaras y capas,  de vez en cuando me permito disfrutar con algo sustancialmente distinto extraído del mercado europeo. Eso sí, buscando el trabajo de nuestros mejores autores  que, habitualmente, suelen dar muestra de cómo se cuenta una historia en éste nuestro medio.

 Fraternitly es una historia escrita y dibujada en dos volúmenes ( así se ha publicado en el país vecino), que en España Astiberri ha publicado, creo que con buen criterio, en uno solo. En ella, Díaz Canales nos sitúa en un lugar idílico llamado Fraternity, con  leyes promulgadas realmente al servicio del pueblo y un sistema económico carente de avaricias y especulacines; en definitiva, en una sociedad que goza de plena libertad y de un equilibrio perfecto entre derechos y obligaciones. De findo,  la Guerra de Secesión Estadounidense  de la que la ciudad intenta escapar pero que, a la postre, acaba afectando a su ecosistema de una manera inesperada. 




Como en toda buena historia, una parte esencial la constituye la creación de sólidos personajes  con intereses diversos y muchas veces encontrados, envueltos en situaciones que, cuando menos, despiertan la curiosidad del lector, si no una reflexión más profunda sobre el funcionamiento de la sociedad y de nuestros corazones. Así, podemos encontrar en ella elementos tales como un niño criado en el bosque de manera salvaje y que es recogido por los habitantes de esta utópica localidad, mujeres considerablemente liberadas para la época en la que viven, y un monstruo que hace las veces del minotauro de la mitología clásica, con laberinto incluido y todo. 





Gran trabajo, por tanto,  de su guionista excepcionalmente acompañado en la parte gráfica por José Luis Munuera, que nos muestrta y demuestra lo engañosamente fácil que resulta narrar con un lápiz a niveles tan excepcionales de calidad. 

En definitiva, una de esas historias que merecen ser tenidas en cuenta y ocuparr un lugar especial en nuestra estantería, en la sección de historias que no hubiese leído de no haber descubierto la existencia de otros comics más allá de Marvel y DC.  







Díaz Canales demostrando que no solo sabe escribir bien.

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