Doraemon, el Gato Cósmico, de Fujiko F. Fujio |
Era aún muy joven cuando ley un artículo publicado en el nº 2 de la revista "Comic Scene" sobre la llegada del comic japonés a las librerías españolas. Hablaban de boom, de gran invasión de la industria nipona, y a mí me parecía que, sencillamente, exageraban.
Pechán, personaje de la serie Ranma 1/2, realizado por este blogger. |
"Trucutrú". No tardaron mucho en llenarse las estanterías de las librerías especializadas con los títulos emblemáticos del Manga. El Anime, hacía tiempo que había abonado correctamente el terreno para garantizar el exito de ventas en esta parcela del mercado y, prácticamente todas los sellos editoriales del país, pasaron a incluir entre sus publicaciones estas historietas de estilo tan característico.
A pesar de que yo no me considero para nada un experto en este campo, si me parecen de interés muchos de los elementos gráficos que aportaron los mangakas y que, posteriormente, autores dedicados a otros géneros han ido incorporando a sus trabajos.
Dragon Ball, de Akira Toriyama. |
Por otra parte, hay que concederle al cómic japonés el mérito de haber introducido de forma inexorable a la mujer en un mundillo que, hasta la fecha, había estado reservado exclusivamente a los varones. Hoy ya no supone ninguna sorpresa encontrar a una chica comprando comics en una tienda especializada. Y disfrutar de su presencia en salones y jornadas es algo que ya damos por sentado. "Arigato, domo arigato".
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