miércoles, 18 de abril de 2012

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...

Cartel original de la primera entrega de la saga.



Como cada  tarde de domingo, mi hermano mayor y yo acudimos al cine Dengra de Baza, dispuestos a pasar un buen rato delante de aquella enorme pantalla de tela blanca. 

 A pesar de contar  con apenas seis años de edad y ser 1977, podía entrar a una sala para ver películas, a veces dotadas de un contenido violento un tanto inapropiado para niños tan pequeños. Por aquel entonces, la protección al menor se entendía de otra manera.
 
Y una vez más, allí estábamos sentados esperando, siempre nerviosos, el momento en que se apagaban las luces, dispuestos a dejarnos llevar por la corriente de una historia que nosotros engrandecíamos con la inocente mirada que proporciona la infancia.
 




Pero aquella tarde de domingo no iba a ser una más. Aquella tarde de domingo, estábamos destinados a presenciar, sin saberlo, el relato épico y fantástico más grande que la imaginación de un niño de esa edad podía concebir. 
 





Y en ese preciso momento se oscureció la sala, y aparecieron en un azul deslumbrante aquellas mágicas palabras.



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