En mi ya larga vida como fan del
comic he tenido la suerte de conocer a muchos y buenos autores que, además, también
han resultado ser muy buenas personas. Desde que alcancé la madurez, me he
considerado afortunado de poder vivir todo lo que he vivido, llegando a cumplir
muchos de los sueños que tenía desde niño como aficionado y como pseudoprofesional.
Lo que parecían metas inalcanzables (conocer a grandes talentos del mundo de la
historieta como George Pérez, José Luis
García-López, Neal Adams o FranK Miller por citar algunos) son experiencias
que puedo decir que he vivido, y que han llegado a ser tan gratificantes como
había imaginado.
Muchas han sido las personas de
este mundillo con las que he tratado, personas que, hoy por hoy, han alcanzado el
estrellato y el beneplácito tanto del gran público como de la crítica.
Curiosamente, y habiendo colmado la
mayor parte de mis expectativas artísticas de aficionado, en esta fase de mi
vida, estoy disfrutando mucho más con el
conocimiento de lo que podríamos llamar “nuevos talentos emergentes”. Con este
término no me refiero únicamente a aquellos autores que están empezando su
carrera ahora y que, como en todo comienzo, se aferran con ilusión y trabajo a esta
profesión. También incluyo a aquéllos que, a pesar de llevar toda una vida en
esto y no faltándoles talento, no han conseguido aún su merecido
reconocimiento.
Dibujantes como Fran Carmona, Ismael Canales, Adrián
Gutiérrez y guionistas como Santiago
Girón o Alfonso Bueno, tienen que tratar, día tras día, con la aparente
indiferencia del mercado pese a derrochar talento en cada uno de sus trabajos.
A mí, no me cabe la menor dudo que ese ansiado reconocimiento acabará por
llegar porque lo fundamental, que es el trabajo duro y las condiciones
artísticas para lograrlo, están presentes en todos ellos. Lo único que me
preocupa es como estos mismos autores, como seres humanos que son, a veces se
dejan llevar por el desánimo y el pesimismo. Es ahí donde los aficionados, y
especialmente los aficionados que además somos amigos, podemos prestar un buen
servicio.
Este fin de semana, puedes hacer
lo propio con un pequeño grupo de ellos. Si tienes tiempo y posibilidades,
pásate por el salón del cómic de El Ejido y muéstrales tu cariño por su obra.
Seguro que te lo agradecerán.