Pocas cosas se pueden decir sobre las cualidades artísticas
del maestro, perdón, MAESTRO José Luis García-López. Basta con citar el dato
que hace referencia a la Guía de Estilo de la editorial DC comics, la que puede
considerarse como inventora del concepto de superhéroe, y que se regala a cada
uno de los dibujantes que entran a formar parte de su personal artístico. Esta
guía, trata de explicar a sus nuevos empleados cómo entiende la compañía el
dibujo de sus personajes; esta guía está dibujada por José Luis García-López.
Su nombre se asocia automáticamente al del producto estrella
de la editorial, Superman, y a pesar de que no haya realizado un número
demasiado elevado de historias del mismo, la indiscutible calidad de sus páginas
lo hace claro merecedor de esta
asociación mental.
Por tanto, no me parece en absoluto exagerado asegurar que
Don José Luis es a DC lo que Jack Kirby fue a Marvel. Artistas que, de manera
inconsciente, nuestro cerebro rescata de las vastas profundidades de nuestro
recuerdo al escuchar el nombre de ambas editoriales.
Estos días en Gijón tuve el honor de conocerle y estrechar su
mano, la mano que dibujó el número 301 de Superman, el mejor cómic de
superhéroes de serie regular que se ha dibujado hasta la fecha, en mi opinión.
Reflexionando sobre todo lo que rodea a este personaje, me dí cuenta de que,
posiblemente, el actor que mejor encarnó al Hombre de Acero, Christopher
Reeves, tomará como referencia de trabajo para su actuación precisamente los
comics dibujados por él, ya que cuando Superman no se encontraba enfrentándose
al supervillano de turno o rescatando in extremis a Lois Lane, podíamos verle
sonreír de la misma manera que apreciábamos en sus dibujos. Y esto, por todos
es sabido, constituye una constante en su trabajo y que, a veces le ha
granjeado el apelativo al autor de “el
hombre que dibujaba a los superhéroes sonriendo”, hecho muy alejado de lo
que se puede observar hoy en cualquier comic de este género, donde los
protagonistas aparecen profundamente apesadumbrados, como línea general.
Sin duda, esta nota distintiva arranca del corazón que riega
con sangre la mano vigorosa que define los trazos de las páginas que tanto nos
enamoraron. Un corazón que, además de sensibilidad artística, rezuma integridad,
humildad y carisma, capaz de transmitir al fan que tenga la suerte de escucharle cosas tan
importantes y casi olvidadas como son el sosiego y la paz.
Es difícil encontrar tanto talento y tanta humanidad reunidos
en una misma persona. La Metrópoli Con este año me ha permitido tener la
oportunidad de conocer a una de ellas. Desde aquí quisiera dar las gracias a la
organización por ello pero, sobre todo, me gustaría darle las gracias a Don
José Luis por haber llenado mi infancia y juventud de fantasía e ideales,
encarnados en los héroes que tan magistralmente
dibujó. Gracias por ser una inspiración para muchos de nosotros. Gracias
por otorgarme tan grato recuerdo, MAESTRO.
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