sábado, 27 de julio de 2013

Ajustando cuentas con el karma.

A veces tengo el atrevimiento de enviarle un dibujito a alguno de mis admirados maestros. Casi siempre lo he hecho con motivo de su cumpleaños. El primero con el que me atreví fue con George Pérez, el segundo año que estuve en Avilés. Pensé que le gustaría, aunque fuese por una vez,  ser el que recibiera un dibujo dedicado por un fan, y no al contrario.

A raíz de esa ocasión, y convencido de que se trataba de un bonito gesto, me decidí a repetir suerte. Todos ellos, muy amablemente, agradecieron el detalle y a mí me sirvió para para equilibrar un poco las cosas. De manera modesta, quería devolverles una parte de tantas y tantas horas de diversión, arte e imaginación que me han ido proporcionando a lo largo de los años a través de su obra. En serio, no soy capaz de imaginar qué sería mi vida sin esta faceta que tanto nos emociona. A veces he llegado a pensar que nací en esta época solo para disfrutar del cómic.

Y el colmo es, como me ha ocurrido recientemente , cuando estos autores tienen el detalle de valorar positivamente alguno de los garabatos que realizo, bien sea por educación o porque realmente vean en ellos algo que les guste.

Por eso, y por tantos y tantos buenos momentos que no podría reproducir aquí, quiero expresarles a todos y cada uno de ellos mi más profundo agradecimiento y sincera admiración. Gracias, maestros por tantas buenas experiencias en el pasado y  por todas aquéllas que están aún por venir. Gracias.
Dibujo colgado en el muro del maestro Deodato el día de su cumpleaños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario