viernes, 17 de agosto de 2012

Legendarios.

Un genio y un aprendíz.

Tengo a veces que hacer una pausa en mi vida para la reflexión, porque me cuesta creer la suerte que he tenido en lo que a los comics se refiere. No queda tan lejos en mi pensamiento cuando soñaba con conocer a alguno de los autores que tanto peso tuvieron en mi infancia y juventud, y que aún siguen teniendo, aunque sea de otra manera y yo ya empiece a peinar canas. El hecho es que me resulta increíble haber llegado a conocer a leyendas como el recientemente fallecido Joe Kubert, Neal Adams o Francisco Ibáñez.  
 

Intentando que se me pegue algo.
Todos ellos han enriquecido mi vida, personal y artísticamente, habiendo podido aprender muchas cosas en esos maravillosos momentos en los que te encontrabas en una sala de algún punto de España, y hablabamos y hablabamos sobre este mundillo de la historieta que tanto nos apasiona. Todo fan lleva un aspirante a profesional dentro y, lleguemos o no a conseguirlo, lo importante es darle una salida adecuada a toda esa vorágine creativa que a veces nos atenaza. Dibuja, escribe, diseña, inventa, crea... Lo contrario, si eres creyente como yo, estoy seguro que supone un grave pecado contra Dios y los hombres. No puedes encerrar a tu imaginación en una mazmorra y esperar que no haya consecuencias en tu día a día. Sé honesto contigo y a la vez humilde. Para llegar a ser como nuestros ídolos hay que dedicar muchas, muchas horas a esto que, aunque nos apasione, también requiere de una disciplina. Pero sobre todo no te escondas tras una excusa. Sé valiente y procura disfrutar con tu pasión. Ellos así lo hicieron y lograron tener una vida plena y sincera, llegando a hacer muy felices a niños, y no tan niños, con sus historias. Adelante.

Tras leer la serie, mi hermano menor me pidió un dibujo. Así fue cómo quedó.

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