Hola, de nuevo. Vuelvo de San Sebastián de unos ejercicios espirituales (no, no se me ha ido la cabeza). Las últimas entradas las había dejado programadas para que no notaseis mucho mi ausencia, pero ya es hora de volver al "riguroso directo" (o casi). Sé que la calidad gráfica no es precisamente excepcional (o sí, si somos rigurosos en el significado de esta palabra), pero el mensaje bien merece un espacio, aquí y en otros de más audiencia. Espero que os guste y os haga reflexionar un poco.
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