Así contestaba D. Antonio Mingote a la pregunta de un periodista sobre cuál quería que fuese su epitafio. Ayer nos dejó para siempre el genio del humor gráfico , a los 93 años de edad.
Nunca llegué a conocerlo personalmente. Sabía que ocupó el sillón "y" minúscula en la RAE, que publicaba en ABC lo que algunos llamaban "editoriales en imágenes", y años antes, dejaba su impronta también en La Codorniz. Que al escucharlo hablar en diversos programas desprendía un aire tranquilo y humilde con el que era fácil identificarse.
Pero, como tantos otros a los que tampoco he conocido ni conoceré, fue capaz de hablar directamente a una parte de mi alma al que muy pocos tienen acceso, por lo que yo también sentiré su ausencia.
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