miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Me dejas el lápiz?




Usualmente, el aficionado a los comics, también suele serlo al dibujo. Mi caso no es una excepción. Máxime cuando en casa he tenido como referencia a mi padre que, con más afición que medios, fue capaz de adquirir conocimientos y técnicas   para dibujar y pintar todo lo que era capaz de ver o imaginar. Siempre ha sido para mí un modelo  de superación de las adversidades. Fue capaz de sacar dinero y tiempo de donde no los había para poder desarrollar su afición, cosa que no resultaba nada fácil en el 53 cuando ya, desde los once años de edad, tenía que ganarse el pan.

Dibujo de Jesús Arriaga Carpio
 
Nunca le interesó mucho el cómic más allá de lo que podía aprender de él sobre dibujo, pero el hecho de haber crecido en un hogar en el que veía a mi padre pasar horas y horas dibujando, sin duda contribuyó a implantar en mi hermano mayor y en mí el gusto por este arte.

Acuarela de José Arriaga Martínez


Hoy, pese a haber sufrido la amputación de la pierna izquierda debido a problemas cardiovasculares, y tras unos meses en los que, por una pérdida de sensibilidad en las manos, parecía que sus días de pintura habían terminado, el maestro vuelve a dar ejemplo de superación personal. Con setenta años de edad, ha conseguido reeducar la mano y sigue disfrutando de su afición, poniendo una vez más de manifiesto que los límites del ser humano los pone la propia voluntad.

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